Sin saberlo, nuestros contenidos online viven atrapados entre los muros de la accesibilidad no universal. 

Cualquiera podría pensar que las nuevas tecnologías han roto barreras, que nos han empujado al futuro, que han abierto las puertas de la información a una sociedad cada vez más conectada. Lanzamos contenidos a la red con la certeza de que cruzarán océanos de datos hasta llegar a la otra punta del mundo, pero de lo que seguramente no somos conscientes, es que ese vídeo que hemos colgado en nuestro canal de YouTube va a chocar de frente con una frontera invisible para muchos, un muro grueso, alto y opaco.

La utilización de los nuevos recursos tecnológicos está muy a menudo vinculado a la calidad de vida, la normalización y la integración en la sociedad de las personas con discapacidad. Por esto, las barreras que se producen en este campo son de especial importancia y en Zoopa creemos que han de ser eliminadas de raíz, porque sigue habiendo muchas personas, más de las que nos podemos llegar a imaginar, que no pueden cruzar esa gran puerta al conocimiento y a la información.

Desde el año 2003, el territorio español cuenta con la LIONDAU, la Ley de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad, que pone sobre el papel las directrices y normas necesarias para llevar a cabo esta adaptación de la información, haciéndola accesible a todas las personas. La Ley establece, la obligación gradual y progresiva de que todos los entornos, productos y servicios deben ser abiertos, accesibles y practicables para todas las personas y dispone plazos y calendarios para realización de las adaptaciones necesarias.

Respecto a los productos y servicios de la Sociedad de la Información la ley establece en la disposición final séptima, las Condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de las tecnologías, productos y servicios relacionados con la sociedad de la información y medios de comunicación social. Además, también dicta los plazos para la entrada en vigor, de entre cuatro y seis años para los productos y servicios nuevos y un plazo de ocho a diez años para todos aquellos existentes y susceptibles de ajustes razonables.

Esta ley, con una visión muy generalizada de la realidad, necesitó de la implementación de un Real Decreto en 2007 en el que se aprobó el Reglamento sobre las condiciones básicas para el acceso de las personas con discapacidad a las tecnologías, productos y servicios relacionados con la sociedad de la información y medios de comunicación social. Es allí donde se ponen negro sobre blanco, cuáles son las condiciones en materia de telecomunicaciones, empezando por la accesibilidad en los servicios de telefonía móvil, los criterios para la accesibilidad a las páginas webs públicas y privadas y sus sistemas de certificación de accesibilidad, pero sobretodo, las condiciones básicas de accesibilidad a los medios de comunicación social, poniendo en el punto de mira los contenidos a través de internet, y garantizando así, el acceso a los contenidos audiovisuales mediante subtitulación, audio descripción e interpretación en lengua de signos.

Para medir el grado de accesibilidad de un sitio web, las fuentes de referencia más utilizadas y extendidas son los documentos desarrollados por la Iniciativa sobre Accesibilidad en la Web (Web Accessibility Initiative, WAI), considerados estándares internacionales de accesibilidad web. Este grupo de trabajo, perteneciente al Consorcio World Wide Web (W3C), ha desarrollado una serie de documentos de recomendaciones que definen los criterios de accesibilidad destinados a mejorar la accesibilidad y la experiencia de usuario en internet. Con respecto al contenido web existen las Pautas para la Accesibilidad del Contenido Web (Web Content Accessibility Guidelines, WCAG), que consisten en una serie de pautas, técnicas y fuentes destinadas a evaluar y medir el grado de accesibilidad del contenido web, reduciendo o incluso eliminando las barreras detectadas.

Algunas Comunidades Autónomas, considerando estas directrices poco compro-metidas, han creado nuevos reglamentos a las leyes de accesibilidad, con la intención de simplificar el marco legal normativo, unificándolo y coordinándolo con las directrices internacionales, creando criterios de aplicación, ejecución y control.

Buen ejemplo de ello es la web de accesibilidad del Ayuntamiento de Barcelona que, apuesta por un acceso universal no sólo dirigido a las personas con discapacidad, sino a todas aquellas que se encuentren bajo circunstancias que le dificulten el acceso a la información. De carácter puramente informativo, esta web ofrece recomendaciones sobre como modificar los contenidos de nuestras webs, poniendo hincapié en los errores más comunes y puntos débiles dependiendo de las necesidades y acorde a la legislación vigente. Zoopa está reprogramando su web para seguir estas indicaciones y queremos extender estas prácticas a las Marcas con las que colaboramos. Asimismo, pretendemos extender los mismos principios en la creación y gestión de contenidos para redes sociales.

Pero cómo saber si mis contenidos están adaptados y si cumplo con la normativa. Con la accesibilidad web mejora, en general, la experiencia de usuario, la calidad en la web y la posición en buscadores. Es por ello que debemos preguntarnos si nuestra web o nuestros contenidos siguen el mantra del principio universal o «diseño para todos”. Veamos un sencillo análisis según la problemática o necesidad (Extracto de las recomendaciones de la web sobre accesibilidad del Ajuntament de Barcelona):

Discapacidad visual:

Discapacidad auditiva:

Discapacidad intelectual:

Discapacidad motriz:

 Internet está repleto de herramientas gratuitas que pueden ayudar a detectar cuál es el nivel de accesibilidad de una página web. Las hay para diferentes navegadores, e aquí algunos ejemplos:

Una barra de herramientas del navegador Internet Explorer proporcionada por el equipo de trabajo Accesible Information Solutions (AYS) de Vision Australia que facilita el examen manual de la accesibilidad de una página web.

Web Developer Toolbar para Mozilla Firefox es un add-on o complemento del navegador Mozilla Firefox que facilita el desarrollo y la evaluación de una página web.

También existen analizadores de contraste, como esta aplicación que da como resultado tanto los códigos hexadecimales de los dos colores seleccionados en la pantalla como la ratio de contraste entre estos dos colores, e indica si el contraste es suficiente o no según lo que dictaminan las pautas WCAG 2.0.

O esta herramienta automática Taw en línea que detecta las disconformidades automáticas en relación con las pautas de accesibilidad WCAG 2.0.

Disponemos pues de un marco legal, normas, directrices, infraestructura, recursos y de una serie de sanciones que no son más que papel mojado. Las cadenas de televisión públicas apenas cumplen con la ley, ofreciendo subtítulos monocromos en los que cuesta discernir entre los parlantes, desajustados en el tiempo y con decalajes que impiden seguir con normalidad la programación, la casi inexistencia de programas o películas con audio descripción, y no hablemos de la presencia de la lengua de signos que en contadas ocasiones podemos ver en servicios informativos de hora punta.

La red tampoco puede enorgullecerse de disponer de webs accesibles con contenidos de accesibilidad universal. A día de hoy, incluso webs de entidades vinculadas al mundo de la discapacidad sólo logran aspirar a la certificación AA. Cabe señalar que existe un creciente consenso social en la imposibilidad de lograr la certificación AAA, que implicaría un nivel de restricciones tan alto que sólo supondría problemas de operabilidad.

Si la única solución al alcance, es el sistema de subtitulado de YouTube, apaga y vámonos. ¿Es esto todo lo que hemos conseguido a día de hoy? ¡Y eso que contamos con una tecnología que nos permite conducir coches sin poner las manos en el volante! Cualquiera diría que lo que se exige es extremadamente complejo, caro o utópico. Al final concienciarse de la importancia de la accesibilidad universal no sólo facilita el consumo de información a las personas con necesidades especiales, se trata de una ayuda para todos, por lo que el retorno de ese pequeño esfuerzo se multiplica exponencialmente. Quién no ha tenido dificultades para seguir un video en otra lengua, o ha estado tan alejado de la fuente de sonido que no ha entendido lo que se decía, o incluso, quién no agradece un aviso sonoro cuando se abre una ventana emergente escondida entre otras tantas. Hagamos pues una reflexión: esto no trata de ayudar a los demás y tampoco es un ejercicio de solidaridad, es una inversión en nuestra calidad de vida actual y la futura. Así estamos planteando el futuro de nuestros contenidos en youtube tanto para la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (TV3, …) que Zoopa gestiona desde hace unos años, como para los más de 40 canales de su MCN (Microsoft Multichannel Network).

La respuesta entonces la tenemos delante de nuestras narices desde hace muchos años. No le echemos la culpa a la tecnología o a los recursos, regañémonos a nosotros mismos, por no poner de nuestra parte. Aprovechemos esta oportunidad para dar valor a nuestros contenidos, para diferenciarnos, para revalorizar nuestro trabajo. Porque es tarea de todos el ofrecer contenidos accesibles, adaptados para todo tipo de personas. Debe salir de nosotros, asumir esa responsabilidad social y poner nuestro granito de arena, para poco a poco, cubrir ese gran muro del que hemos hablado y de esta manera, cualquier persona pueda salvarlo.